¿Por qué es importante reivindicar el 8M y qué les enseña a nuestras hijas e hijos?
Hoy es 8 de marzo, Día de la Mujer. Una fecha no para celebrar, sino para conmemorar y, sobre todo, para reivindicar. Para llenar de manifestaciones, este año no presenciales, con textos en Internet y carteles en balcones; con camisetas moradas y perfiles transformados por un día. Porque la igualdad debe darse siempre, debe ir en nuestra educación, pero hasta que lleguemos a considerarla innata, debemos dedicarle un día, para recordarlo, para no pasarlo por alto, para señalar a quienes se empeñan en dejarnos atrás.
Aprovechemos este día para enseñar a nuestros hijos e hijas el valor de la lucha y el camino sin marcha atrás de la igualdad. María Cervera sabe mucho de esto de educar en igualdad y nos trae el post de hoy. Os dejamos con él.
Una sociedad feminista es la única opción.
¿Por qué es importante reivindicar el 8M y qué les enseña a nuestras hijas e hijos?
Cuando el calendario nos va anunciando que se acerca marzo empiezan a aparecer en los medios noticias que nos recuerdan que el día de la mujer promete ser un acontecimiento, por lo menos comercial. Lo llaman “purple washing”, o cómo muchas empresas e instituciones preparan sus camisetas moradas para ir luciendo unos cuantos días al año, mientras el resto ni se acuerdan de lo que es la igualdad de oportunidades y derechos entre los sexos, ni de lo que la ley obliga. Vamos a ver cómo de importante es seguir celebrando el Día de la Mujer Trabajadora y por qué sigue siendo tan necesario para las mujeres en general y para las familias en particular.
Una sociedad feminista es la única opción. Una sociedad igualitaria es la única vía para vivir en democracia. Así es. Pero si aún hay quien se pregunta por qué es necesaria las reivindicaciones del 8M, Día internacional de la mujer trabajadora, vamos a desgranarlo.
Qué se reivindica el 8M
Empecemos por conocer cómo surgió este día reivindicativo a nivel mundial, y que no debemos entender como una celebración de un hecho positivo, sino como una reivindicación, un reclamo contra la discriminación.
En 1911 se celebró el primer Día Internacional de la Mujer el 19 de marzo en varios países de Europa, con manifestaciones por el derecho al voto, por la representación en cargos públicos, por el derecho a la formación profesional y el derecho al trabajo, en definitiva por la no discriminación por el mero hecho de ser mujer. El 25 de marzo de ese mismo año, 123 trabajadoras, y 23 trabajadores, eran calcinadas vivas en un incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist Company de Nueva York. Con el paso de los años se haría referencia a este dramático hecho como símbolo de las malas condiciones laborales de las trabajadoras de la época.
La fecha del 8 de marzo se decidió en 1910, en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague sobre una propuesta de la socialista alemana Clara Zetkin. Poco a poco, los países fueron sumándose al gesto a favor de los derechos femeninos. En Europa, en 1914, se unieron las reivindicaciones de apoyo a la mujer con los contrarios a la Primera Guerra Mundial. Rusia declaró el Día de la Mujer el 8 de marzo de 1917, que como consecuencia de la escasez de alimentos, las mujeres se amotinaron, desatando el comienzo de la Revolución Rusa. La ONU tomó este hecho como referencia, ya que como consecuencia de este hecho el gobierno concedió a las mujeres el derecho al voto.
Cuál es la realidad actual y por qué es importante reivindicar el 8M
Según dijo hace unos días el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, “las mujeres sufren discriminaciones, violencias, más responsabilidades familiares, peor acceso al mercado laboral, «solo por ser mujeres».” Así es, no hay más. Las mujeres, pese tener igualdad de trato y oportunidades según las leyes, seguimos discriminadas en multitud de ámbitos, seguimos sufriendo la desigualdad y la violencia a lo largo de toda nuestra vida. Vamos a ver algunas de las caras de la discriminación.
Empecemos por la situación laboral de las mujeres, la desigualdad salarial y en el empleo y la lucha contra la precariedad. Las mujeres representan en torno al 90% de las personas trabajadoras a tiempo parcial. Esta cuestión en tiempo de pandemia se ha agravado. Mientras nuestras hijas e hijos estaban en casa sin colegio, o confinados por los protocolos sanitarios, hemos sido las madres, en una enorme mayoría de ocasiones, las que nos hacíamos cargo de sus cuidados, de atenderles en las tareas escolares o de acompañarles en sus necesidades emocionales. Las mujeres son quienes mayoritariamente solicitan excedencias para el cuidado de hijas e hijos (90,93%) y para el cuidado de familiares (81,26%). Por otra parte, la precariedad laboral a la que les abocan los contratos a tiempo parcial, tendrá consecuencias de mayor precariedad también en sus pensiones. Las medidas efectivas sobre la corresponsabilidad son urgentes, porque repercuten en la salud mental y física de las mujeres, en un futuro de pobreza femenina o en una mayor dependencia de los hombres y sobre todo, porque es de justicia. El 8M reclamamos la necesidad de mejorar la situación laboral de las mujeres, la eliminación de la desigualdad y la precariedad laboral de las mujeres. El 8M reclamamos dar valor a los cuidados y compartirlos de forma corresponsable entre toda la sociedad, así como el apoyo a la maternidad y la crianza.
Sigamos por el “dream gap” de las niñas, ¿sabéis lo que es? Pues este concepto hace referencia a la “brecha de sueños”, eso que ocurre cuando a las niñas desde bien pequeñas se les transmiten estereotipos y prejuicios a la hora de elegir sus estudios, pero también aficiones o deportes. ¿Por qué una niña no puede soñar con ser una referente en el sector tecnológico, o la mejor futbolista del mundo o una científica conocida mundialmente por sus descubrimientos? La realidad es que, desde muy pequeñas, las niñas perciben la ciencia como un terreno de hombres y no consideran que haya hueco para ellas. El 8M reclamamos la eliminación de los estereotipos y los roles de género a través de políticas activas, de educación en igualdad con planes valientes y de medidas positivas para favorecer la entrada de las niñas y las mujeres en la ciencia y la tecnología.
Aproximadamente, cada 5 días asesinan a una mujer en España, 12 mujeres asesinadas por hombres en 2021 (4 según el cómputo del Gobierno), 1.082 desde 2003, cuando se empezaron a recopilar datos. Sumemos que la inseguridad que perciben nuestras hijas y adolescentes empieza a ser clara desde bien pequeñas. Existe una violencia específica que afecta a las mujeres y que percibimos en forma de piropos y opiniones no solicitadas sobre nuestros cuerpos, de violaciones grupales, como presión sobre nuestros cuerpos o a través de los asesinatos machistas. Un dato, el 14% de las chicas entre 14 y 20 años afirma haberse sentido presionada para actividades de tipo sexual. El 8M reclamamos la eliminación de la violencia sexual contra las mujeres, exigimos la libertad para vestirnos como queramos, para decidir sobre nuestros cuerpos y para ocupar los espacios públicos sin sentirnos amenazadas o inseguras.
Qué debemos transmitir a nuestros hijos e hijas
La educación tradicional ha reservado roles profesionales a las mujeres en el ámbito de las ciencias sociales, las humanidades y la salud (ámbito de los cuidados), y los cambios educativos, así como los culturales, requieren bastante tiempo. La educación en igualdad debe empezar en la familia con el ejemplo claro de que todas las personas somos igual de importantes, todos los trabajos son necesarios para el funcionamiento de una comunidad. Enseñemos a nuestras criaturas que todas y todos tenemos nuestra responsabilidad dentro del equipo familiar. Enseñémosles la corresponsabilidad con nuestro ejemplo.
Las redes de mujeres y las asociaciones son necesarias. Sin ellas, no conseguiríamos hacer visibles a las mujeres tanto en empresas como en sectores típicamente masculinizados. Tenemos la misión de transmitir a las generaciones más jóvenes que cualquier ámbito del conocimiento, cualquier sector profesional o laboral es válido, para que otras mujeres, niñas y jóvenes, quieran y les parezca absolutamente normal acceder a ellos. Mi experiencia me dice que las mujeres que están en puestos ejecutivos y de alto nivel, tiran, apoyan, visibilizan y ayudan a otras mujeres a ocupar puestos de liderazgo y por eso es sumamente importante que ocupen esas posiciones. Transmitamos a nuestras hijas la sororidad entre mujeres, apoyarnos y ayudarnos unas a otras es fundamental cuando aún existe un sistema machista que se empeña en empequeñecer nuestros logros y acallar nuestra voz. Transmitamos a nuestros hijos que los estereotipos de género les encarcelan, igual que lo hacen con las mujeres, en un estrecho traje de masculinidad tóxica, y que juntos y libres, desde el respeto a la diferencia, seremos capaces de cambiar todo lo que sea necesario para tener una sociedad más justa e igualitaria. Una sociedad mejor. Una sociedad feminista.
FIRMADO POR
ANA ROSA NEGRIN PIÑERO
8 de marzo de 2021 at 12:51Gracias Castellón Kids… gracias María, por ese excelente artículo, recoges toda la realidad que rodea a las mujeres y a su vez una de las vías de solución que comparto plenamente, que es inculcar desde la infancia el respeto y valor por la mujer y la igualdad en todos los ámbitos.
Enhorabuena y agradecida por compartirlo.
Marta Mulet
8 de marzo de 2021 at 13:01Perfectamente explicado y ojalá llegue al corazón de todos y de todas. Cómo bien dices, María, la igualdad debe se la base de las sociedades y debe impregnar la educación y los hogares. Muchas gracias por tu aportación, es de gran utilidad. Feliz 8 de marzo.
Flores HIGUERAS PARRA
8 de marzo de 2021 at 22:53Gracias María por esta artículo, lúcido y realista. La educación es la base de todo proceso transformador. La educación en todos sus ámbitos: familia, amistades, iguales, escuela, sociedad en general, política, etc…